domingo, 24 de abril de 2011

Malecón y Literatura: "Retorno al Malecón".José Ballester Nicolás.


Retorno al Malecón.

       

He vuelto al Malecón, al cabo de mucho tiempo. En el Malecón, a donde mi juventud no faltaba un solo día, ni aun los de viento furioso o de lluvia torrencial, empezaron a dolerme sus vicisitudes. Lo más penoso, la edificación incomparable a su costado meridional. He conocido aquello libre de obstáculos para que la mirada se expandiera en la contemplación de los paisajes del fondo, tan murcianos, tan finos. Había al comienzo una acequia y un cañar bordeándola, que no estorbaban esa contemplación. Poco a poco iba construyéndose a lo largo de la banda y se iban cegando los puntos de vista que hicieron del muro de defensa contra las inundaciones, un espléndido mirador de las maravillas de nuestro contorno rural. Para gozar tanto como entonces se regalaba a nosotros al principio, hoy es preciso trasponer la otra mitad. La gran divinidad del espectáculo, con perseverar a pesar de todo, no tiene aquella magnitud de entonces.
            Permítaseme protestar aquí con toda sinceridad, que no soy enemigo de las ventajas que el tiempo acumula allí en ciudades de urbanización. No creo, como otros, que el haber pavimentado un gran trozo del primer plano y que plantar setos en los taludes y adecentar las escalerillas de acceso desde el camino lateral, sea dañoso, sino al contrario. La lástima consiste en que en las actas del Ayuntamiento duerme un acuerdo que prohibía construir en aquella zona. Y las sucesivas corporaciones han ignorado o han despreciado.
            He vuelto al Malecón queriendo reconciliarme con él. Después de todo aún queda mucho de su riqueza estética. Precisamente me ha empujado a realizar la visita el deseo de comprobar si, como ya opinaba antaño, aquello ofrece una visión particular en el otoño. Cuando no se perturba la placidez del cuadro con intemperancias atmosféricas, un lugar especializado en atardeceres grandiosos, sí que ofrece matices distintivos ahora. La limpidez del ocaso, cuando no hay aparato de nubosidad policromada, es de una pureza luminosa que encanta. Da prestigio a la innumerable sucesión de paisajes a que se presta el curso serpenteante del paseo.
            Es la hora en que el claroscuro adquiere su valor más equilibrado. En los contrastes de verdes y grises que la fronda de algunos huertos brinda a la sensibilidad de los buenos gustadores. En la sutileza de las palmeras o de los otros árboles más aventajados, filtran el resplandor vespertino como a través de un encaje. En la albura con que todavía la ciudad aparece al fondo, cuando damos la vuelta desde las fases finales, y se nos muestra perezosamente reclinada en torno de la Torre, que persevera dominando la mancha blanca cresteada y desmenuzada en diminutos planos.
            Ahí se comprende mejor que nunca el amor a la ciudad. Lo vivimos insensiblemente en el quehacer cotidiano; pero se nos exalta como si, puesto a prueba en el último término de la perspectiva, un sentido misterioso, un oído secreto, recogiera la llama de la tierra, su solicitud a nuestra fidelidad, en desagravio del desprecio de ciertos extraños, de la ingratitud o el despego de algunos de los suyos; del brutal egoísmo con que a veces se le infiere agravio.
            Cuando empiezan a flotar los tules de la noche y a lo lejos se enciende la constelación del alumbrado urbano, todavía despliegan su policromía las innumerables especies de crisantemos que, junto a las rosas otoñales, ponen un acento de alegría equívoca a lo largo de los huertos.  José  Ballester  Nicolás. (Radiado el 7 de noviembre de 1961). Fuente: José López Rico.



Breve biografía
"José Ballester, (MURCIA 1892-1978)... empezó a escribir joven, y durante toda su vida estuvo vinculado al diario La Verdad, del que llegó a ser director en varias ocasiones.....  había compartido paseos por el Malecón o Trapería con escritores como Jorge Guillén o Pedro Salinas, y había colaborado en la fundación de buena parte de las más importantes revistas literarias que jamás ha tenido Murcia y que lograron concitar en nuestra ciudad lo más granado de la poesía de la Generación del 27. Así, junto a Guerrero Ruiz y a Jorge Guillén, funda en 1923 Verso y Prosa. Boletín de la joven literatura, y en 1927, junto a Raimundo de los Reyes, Sudeste. Cuaderno murciano de literatura universal. Desde 1923, y durante más de 50 años, fue crítico literario en el diario La Verdad..." Pascual Vera Nicolás en http://www.asambleamurcia.es/murcia-tierra-de-escritores/em34ballester

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